“Haciendo las cosas correctamente, salen bien”
Enrique es un ex-empleado bancario que a sus cuarenta y tantos decide romper el molde de los empleados, y montar su propio negocio. Decide utilizar sus conocimientos, su capacidad de análisis, la experiencia que trae del sector financiero, y en contra de los pronósticos de sus compañeros y su familia, establece un negocio dedicado a la buena cuchara en los alrededores del Hospital Calderón Guardia.
Hace unos días LightHouse Consulting tuvo la oportunidad de charlar con este emprendedor y disfrutar la comida de sus compañeras de trabajo en varias ocasiones, y debo decir, es un lugar al que uno quiere regresar a comer muchas veces. Un perfecto hijo de los ochentas con el objetivo de hacer crecer su sueño, y educar a sus hijas correctamente. Aplicamos ocho preguntas a Enrique y estas son sus respuestas:
1. ¿Cuál fue el motivo para empezar su negocio?
“Cambiar, ser el dueño de mis decisiones, probar a mí mismo y los demás que sí se puede. Porque mis compañeros siempre me dijeron que el que tiene más de cuarenta, y estaba en una institución pública y salía, fracasaba. Pero no, no, eso no es así. Hay que hacer las cosas bien, pensando en hacerlas bien. El motivo principal, es que también quería más tiempo para estar con mis hijas. Por que normalmente (trabajaba) de 8 a 5. Para ir a mi trabajo me levantaba a las cuatro de la mañana a hacer las cosas de la casa y ya estaba con el trabajo en mi cabeza; y cuando eran las seis, siete de la noche, si había un problema, el que estaba era yo. Entonces no es eso que uno tiene un horario. Decidí hacer ese cambio para probarme a mí mismo y tener más tiempo para mis hijas.”
2. ¿Cuál fue el principal obstáculo y cómo lo enfrentó?
“Se va a reír, mi familia. Mi familia fue el principal obstáculo, porque me decían: Usted está muy grande para estar pensando como niño emprendedor. Está muy grande y esos negocios no son lucrativos, en esos negocios hay que ser esclavos y en ese negocio siempre le roban. Yo les explicaba que si meto doce refrescos del inventario, y el sistema saca 12 refrescos del inventario, cuando yo hago el inventario y falta, yo ya sé que me están robando; y eso se prueba, y es controlable, y sin requerir demasiado tiempo.”
3. ¿Cómo ha cambiado su vida a raíz de su negocio?
“Bastante, tengo una vida tranquila. En el trabajo era un esclavo. Aquí es igual, pero trabajo con mi vida y mis cosas; y uno siente satisfacción de corregir cosas a nivel de garantías sociales, que no se le cumplen a la gente. Los derechos de los demás son obligaciones mías. Y ese (pensamiento) no es normal en el comercio privado, donde lo que importa es maximizar ganancias. Yo digo: yo necesito este monto, de ahí, lo que sobra es para todos, y si eso implica más beneficios para que estén contentos, los van a tener.”
4. ¿Cuál es su reto más grande actualmente?
“Hacer que mis empleados entiendan que esto es para todos. Había algo que pensé sería lo más difícil de entender: hacerles ver que uno no venía a ser un empleador sino un compañero. Eso fue fácil. Lo entendieron de entrada. Ahora lo más difícil que tengo es hacer que el sistema sea parte del negocio y se convierta en parte de Auyama. Que si el día de mañana yo me voy, y venga usted, usted va a ver los últimos diez, veinte meses, con todos los cierres contables, diarios, mensuales, bien cuadraditos; para que pueda ver el monto final de ganancias, las compras y las ventas.”
5. ¿Qué acciones toma para mantenerse competitivo?
“Trato de ser innovador en varias cosas: de inmediato crear una marca, hacer promoción, crear
canales de distribución, pequeños detalles. También, saber cómo diversificar y adaptar el
producto a cada cliente, sin importar el margen de ganancia, determinar el impacto de la demanda
en las contrataciones, crear productos complementarios que agraden al cliente. Invertimos en el
cliente. Devolverle al cliente en pequeñas cositas. Esto nos ha abierto nuevos mercados en la
zona. También, la inversión en el negocio, hasta no tener la palabra de la contadora, todo va para
el negocio. Estamos haciendo cosas diferentes que nos han hecho diferentes. La diferenciación
nos hace aparecer en los mapas. Nuestros insumos son diferentes. Somos diferentes en
apegarnos a nuestros principios y aplicarlos en todo momento. Siempre hacer lo correcto.”
6. ¿Cuál fue su principal error y qué lección aprendió?
Confiar en la gente, demasiada confianza. En los primeros días vino un persona y me pidió un casado, cuanto cuesta me pregunta, tanto. Me da un billete de veinte mil, yo lo veo normal, como todos, tomo el billete, le doy el vuelto y me dice: Un segundito, voy a ir aquí a la farmacia a comprarme algo, y se fue. El billete era falso. Ahora no es que no confíe, sino que tengo un poquito más de cuidado en ciertos detallitos que los di por sentado por la confianza. Pero, errores, errores, no veo errores sino puntos de mejora y en este momento son constantes, todo el día paso viendo cosas que mejorar. He aprendido que los cambios se hacen desde adentro y eso tiene a mi personal contento. Esa diferenciación hace que cada cosa que hago no la vea como un error, sino puntos de mejora: montones.
7. ¿Cómo ve su negocio en 5 años?
Como una cadena. Por lo menos cinco negocios más, con la ayuda de mi mano derecha (el personal). Necesito mantener la estabilidad en todo: imagen de servicio y de calidad, siempre mantener contento al cliente. Así es como me veo, con cinco más al menos. Soy muy analítico en las cosas y todo lo que ha pasado yo lo he analizado, para replicar al clon, para que cualquiera que venga pueda encontrar lo mismo.
8. ¿Cuál es su consejo para personas que desean iniciar su propio negocio?
Que pinten bien el cuadro antes de hacerlo, que lo tengan bien clarito, que no se aparten del norte que ellos quieren, eso es lo que hay que hacer. Y hacerse diferenciar, tener su propia identidad. eso es básicamente mi consejo.
Contamos con la autorización del Sr. Arceyut para reproducir esta entrevista en línea.
6. ¿Cuál fue su principal error y qué lección aprendió?
Confiar en la gente, demasiada confianza. En los primeros días vino un persona y me pidió un casado, cuanto cuesta me pregunta, tanto. Me da un billete de veinte mil, yo lo veo normal, como todos, tomo el billete, le doy el vuelto y me dice: Un segundito, voy a ir aquí a la farmacia a comprarme algo, y se fue. El billete era falso. Ahora no es que no confíe, sino que tengo un poquito más de cuidado en ciertos detallitos que los di por sentado por la confianza. Pero, errores, errores, no veo errores sino puntos de mejora y en este momento son constantes, todo el día paso viendo cosas que mejorar. He aprendido que los cambios se hacen desde adentro y eso tiene a mi personal contento. Esa diferenciación hace que cada cosa que hago no la vea como un error, sino puntos de mejora: montones.
7. ¿Cómo ve su negocio en 5 años?
Como una cadena. Por lo menos cinco negocios más, con la ayuda de mi mano derecha (el personal). Necesito mantener la estabilidad en todo: imagen de servicio y de calidad, siempre mantener contento al cliente. Así es como me veo, con cinco más al menos. Soy muy analítico en las cosas y todo lo que ha pasado yo lo he analizado, para replicar al clon, para que cualquiera que venga pueda encontrar lo mismo.
8. ¿Cuál es su consejo para personas que desean iniciar su propio negocio?
Que pinten bien el cuadro antes de hacerlo, que lo tengan bien clarito, que no se aparten del norte que ellos quieren, eso es lo que hay que hacer. Y hacerse diferenciar, tener su propia identidad. eso es básicamente mi consejo.
Enrique es una de esas personas con las que usted puede hablar sobre muchos temas. Hemos querido publicar su historia porque su forma de desarrollar su negocio ha sido pensada y trabajada con mucho esfuerzo. Además, quisimos utilizar su frase como título. Podría sonar redundante decir que si hacemos las cosas bien, salen bien. Pero es verdad a todas luces: trabaje bien desde el principio, y los resultados serán excelentes.
Así como se hace esfuerzo en montar la empresa, se debe hacer un esfuerzo enorme por mantenerla, reinsertar las ganancias para que haya crecimiento, y dejar las expectativas de un estilo de vida lujoso de lado. Las recompensas de un negocio propio no llegan de la noche a la mañana, o con los primeros meses de trabajo. Paciencia, dedicación, tiempo y trabajo. Buenos valores que este hijo de los ochentas comparte con nosotros.
Si desea la oportunidad de ser entrevistado y compartir su experiencia con otros emprendedores, por favor no dude en contactarnos.
Contamos con la autorización del Sr. Arceyut para reproducir esta entrevista en línea.
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